jueves, 31 de enero de 2013

Jhon Francis

Jhon Francis (Piura – Perú, 1984)




Jhon Francis Peña Arévalo. Conocido con el nombre intelectual de Da Vinci, con el cual ha publicado artículos de psicoterapia y psicología cristiana, como también en poesía y cuentos en Bolivia. Reside en Chimbote desde la pubertad.
Psicólogo, especialista en Psicopatología en Neuroelectrobioquímica, y musicoterapia. Ex seminarista del Opus Dei. Es reconocido como científico por sus aportes en la psicoterapia para la depresión por la IPE – francesa.
En la literatura ha publicado los poemarios “Dos Lunas” (2007), “psicoanálisis de un poema” (2008), en narrativa ha publicado un libro de cuentos “Hablando con la soledad” (2011). Muchos de sus trabajos literarios han sido incluidos en diversas antologías.
Es egresado de la UNPI-EE.UU, y de la Oxford Univesity - Inglaterra. Actualmente asesora algunas universidades en investigación científica experimental. Dicta talleres y seminarios psicoterapéuticos y entre otros temas.






. Epitafio a un amigo salvaje .
He escrito un epitafio sobre mi corazón,
porque te he enterrado en mí,
y seré el guardián de esta gran amistad
que nunca encontré en un ser humano.
Aún sigo atrapado en la soledad en que
me enseñaste como una forma de sabiduría,
y a veces creo transformándome en un felino.

Estoy incompleto dentro de un reloj suizo,
atrapado entre los drenajes del tiempo,
que se convertirá en recuerdo,
quedará la fijación de tu salvaje mirada,
que todavía está anclada sobre mis manos.

Te extraño, a pesar que fui tu verdugo,
te amo, porque fuiste mi mejor amigo.
Mis lecturas estarán sin tu presencia,
sin tu sabia forma de motivarme.
Contigo aprendí a escribir poesía,
además de disfrutar de la naturaleza,
porque eras parte de ella.

Tu cuerpo atigrado,
exhortaba tanta belleza en mi vida,
y las caricias se detenían en la
suavidad de tu largo lomo alpino,
tus ojos eran el color del universo y en los que
navegaba con esas poesías incomprendidas.
Me es imposible recuperar una
parte más de mi propio ser, es que siempre
serás irremplazable como la necesidad de amar.

Aún en mis sueños escucho
el eco de tus ronroneos, aproximándose
como tus pasos de ballet.
En todo ello te encuentro
como una estrella solitaria en el firmamento
de nuestras memorias, en todos los libros
que leímos juntos, en cada poema
que escribí a la vida y a la mujer que ame.

Las mil ausencias que me atacan
con sus nostalgias, han desplomado
en un grito el dolor de mis entrañas,
ya no hay nada, mucho menos quedo yo,
en esta insurgencia de tu despedida furtiva.
Mis palabras se rompen a pedazos
como cristales de nieve, y mi vocabulario
es mudo e indiferente en  tus ojos y la luz
de la vida reflejada en ellos,
es parte de un cuadro lleno de códigos,
pintado por Da Vinci, y en cada uno de ellos,
vive un secreto de nuestras confesiones.

Sé que no eres humano, pero qué bien,
que no te parezcas a ellos,
así eres perfecto, como un gato,
y yo seré para ti un humano con corazón de felino.
Ambos seremos como siempre
en la eternidad, amigos.

(Del Poemario “Dos lunas” – 2007)





. Sueños de aves .
Los pájaros de papel se han
posado en mi almohada.                                  
Y un sueño etéreo se ha quebrado
en la realidad inexorable,
Somos zombis en un mundo
ajeno a lo que somos,
¿será nuestro hogar o nuestra cárcel?

Nuestras aves vestidas de ostentas plumas
que toco el rey midas,
se han desplomado porque han creído
en los deseos de una estrella fugaz,
entonces han muerto.

Somos aves con alas quebradas,
cansadas de tanto volar
en un universo inventado por la nada
que mata los sueños de todo pájaro.
Las aves en peligro de sueños en extinción,
proclaman en protesta revolucionaria
la libertad de existir, de revelarse como
una fotografía castigada en el tiempo;
ya estamos quedándonos sin pluma,
sin sueños, con ese todo
que se encuentra en la nada.

Lo inconsciente de Sigmund Freud
nos acaricia el sentido de la sobrevivencia
por instintos, y nos damos cuenta que no
tenemos ningún complejo,
solo ha sido parte de la culpa
por no volar con nuestras aves,
que se han forjado en las almohadas,
para calmar nuestros sueños de niños miedosos.

(Del poemario “Psicoanálisis de un Poema” – 2008)





. Despedida sin adiós .
Nos despedimos con la sonata de un beso
que se esfumó en nuestros labios.
Prometimos nunca olvidarnos como seres inmortales,
pero no nos dimos cuenta que hasta
el mismo tiempo no tiene memoria.

Dijimos adiós y luego sobrevino la muerte de nuestros nombres,
en una cama de rosas, que se cubre de nostalgias
y pasiones que muerden el corazón.

Solo quedaron los recuerdos como herencia
de nuestro amor que nunca acabo, está en nuestra sangre,
en nuestra boca y en nuestras manos.
Siempre supe que algún día te marcharías,
que construirías una escalera y la tenderías
al cielo para mudarte a otro mundo.

Nunca existió nuestra despedida,
sólo fue un hasta luego vestido de nostalgia.
Siempre quedaran palabras por escribir,
párrafos por leer y cartas por abrir.
No quiero quedarme con nadie, ni con tus recuerdos,
quiero quedarme contigo, con tus besos y caricias
en nuestras noches de veinticinco horas,
de años sin meses, solo de ti, pero lástima que ya es tarde
para detener el tren de nuestras vidas.

(Del poemario “Dos Lunas” – 2007)





. Existencia del amor .
Tendamos el amor bajo la sombra de un viejo árbol,
lo encargaremos a un vagabundo,
nuestros sueños estarían bajo la protección de una ave en extinción,
dejaríamos al cangrejo hacerse cargo de nuestro tiempo
No tengas miedo, sobreviviremos. Es la vida.

(Inédito, otoño del 2012)


 

domingo, 27 de enero de 2013

María Laura Cala


Mi nombre es María Laura. No soy una persona memoriosa, pero no olvido como comenzó mi gusto por la escritura. Fue un verano, en el que, de vacaciones con toda la familia, mis padres me regalan un anotador. Recuerdo mis ansias por llenar aquella libretita de poemas.
A esto se le sumo el interés por leer. Mis primeros cuentos fueron los de “Pajarito Remendado”, cuando todavía la Biblioteca Municipal de Villa María, se encontraba en una sala del Consejo de Liberante de la ciudad.
Al terminar el secundario estudie Comunicación Social, orientada por la gratificación que sentía al comunicar a través de la palabra escrita.
Por diferentes motivos y trabas personales, un día le puse freno a mis sueños, sin embargo, como nunca es tarde, hoy quiero empezar a compartir lo que más me gusta hacer, que es; escribir.




. Tiempo .
Avanza un paso,
retrocede dos.
El tiempo,
deposita en el tiempo todas sus expectativas.
Un buen día,
dos malos días.
Un comienzo,
después de varios finales,
y el retorno de una nueva crisis.
No baja los brazos,
pero se agita y se cansa.
Se queda detenido,
en suspenso.
Tiembla, llora, corre y se escapa.
El pasado del que huye,
es el mismo que añora,
y el que ya no volverá.
No ve el presente,
lo transita.
No puede pensar en el futuro.
Hay días en los que rompe el silencio.
A veces también agoniza.
No todos los días siente igual.
Su mente es como una tormenta inestable.
No puede ordenar sus ideas.
Lo único que puede hacer,
es esperar.




. Empezar, por dónde .
Tengo la mirada cansada,
Y  cansada, también,  la paciencia.
No sé por dónde empezar,
Aunque me digan por el comienzo.
Quizás sea demasiado exigente,
Pero lo que observo no me gusta.
¿Cómo puedo cautivar a mi corazón?
Si aun sabiendo mis miserias,
Si aun descifrando mi inconsciente,
Si aun después de años de terapia;
No sé quién soy.
A pesar de todo no aminoro la marcha,
Aunque a veces me canse,
No me detendré jamás,
Y este es el motor que me impulsa,
Mi constante empeño por no bajar los brazos,
Un combate a muerte en contra de cualquier miedo.




. Relato de un héroe .
Mi nombre es Augusto, tengo 6 años y ya soy todo un héroe.
Me convertí en un niño especial, no por poseer super poderes, sino por enfrentar a muy temprana edad situaciones extremas.
Corrí serios riesgos durante las peleas de mis padres, intentando sobrevivir a una guerra absurda y triste que escuche llamar divorcio.
Podría decir que ya soy todo un hombre, no yo no tengo nada que envidiarle a Batman ni a Superman, es más sus trajes a mí me quedan chicos.
De esta batalla aprendí que los grandes suelen ser un poco egoístas. Entre tantos gritos y confusión, mis padres se olvidaron de mi.
Todos perdimos en esta lucha; ellos su amor y yo una familia.
Pero supongo que debe ser por este traje nuevo de un superhéroe que nadie me reconoce. Entonces, simplemente, se olvidan de mí porque no me ven.
Les voy a dar tiempo para que se calmen y después les voy a avisar que el que los está protegiendo soy yo.
Al final me estoy empezando a dar cuenta que esto de ser superhéroe no esta tan bueno porque uno tiene muchas responsabilidades y además educar a los grandes es una tarea difícil.
Lo estoy meditando un poco, pero creo que la semana que viene, les voy a empezar a cobrar por mis servicios y sino tendré que pensar en retirarme.




. Ironía .
Lo que quisiera retener en mi memoria,
Es lo primero que me quita el olvido.
Aquello que desearía dejar de recordar,
Es a lo que mi mente, vuelve,
Una y otra vez.









martes, 22 de enero de 2013

Cristina Noguera






Cristina Noguera es escritora y docente. Publicó los libros "Palabras de Mujer", "Juego de Damas" y "Los Lirios de Abril". Algunos de sus trabajos literarios han sido seleccionados para integrar distintas antologías. Publica poemas y cuentos en revistas literarias y revistas digitales. Muchos de sus poemas y cuentos han sido premiados. En el año 2010 recibió el Premio Luzian de Narrativa Bonaerense. En el año 2011 su obra "Honestidad" obtuvo el tercer premio en el concurso Don Arturo Humberto Illia, organizado por la Casa de Cultura Pergamino. Desde hace quince años integra el grupo literario Siete Mujeres. Participa en encuentros de escritores.








. Desafíos .
                                      "Afuera hay un ocaso alhaja oscura
                                      y una honda ciudad ciega
                                      de hombres que no te vieron”

                                      Sábados. Jorge Luis Borges

  
Entretejo palabras, a veces sueños
Canto con la voz algo quebrada
Transito por la ciega ciudad que no mira
Dibujo paraísos, paisajes del pasado
Desenredo serpientes enmarañadas
Detengo un instante la vorágine del tiempo
Desnudo recuerdos que brillan lejanos

Te llamo por tu nombre No me respondes
Muevo la cortesía de la jornada
Abro tantos caminos Dejo huellas
Visto las dos alas de un pájaro
Es domingo Hoy no vuelo
Mi cuerpo está húmedo de lágrimas.




. A mis manos . 
Llevo en mis manos
alas de gaviotas, rostros del pasado
el perfume de una rosa, las caricias de mi madre
el azar del destino, la melancolía de la tarde.
Llevo en mis manos
mieles, madreselvas, ríos y mares
sortijas enhebradas de risas, el frío de una lágrima
puñados de sueños, sonidos de metáforas
primaveras de terciopelo, inviernos algo helados
algunas noches tibias y tardes templadas
Llevo en mis manos
una luna de plata, un paisaje de montañas
aquel beso de nácar y amores del pasados.

Ay mis bellas manos, mis bellas manos
están repletas de palabras.


  

. La copa de la vida .
                                      "Vivir es navegar. Todo movimiento es acechanza, pero también misterio y promesa”

                                      La casa con ruedas. Edna Pozzi



Baila tu danza entre melodías de madreselvas
con ropajes de jilgueros, con tu vuelo vacilante
Baila tu danza entre mares, lagos, lágrimas
Enciende el fuego bien brillante
Baila  No te detengas
Entibia tu alma
Sueña Respira.
Esta es tu música  La melodía te envuelve
te lleva por paraísos de tules o por tortuosas tormentas
El acorde final  te anunciará el fin de la vida.





. Estaciones .
A  veces te sientes otoño
una hoja que de a poco se desgrana
ese puñado de hojarasca
el eco de alguien que canta.

Ayer fuiste verano
Tus carnes eran de fuego
de furia, de oro, de mares
Era enero y tus sueños encendías.
con un ramo de estrellas en el cielo.

Septiembre y eras casi primavera
del tesoro brotaron tulipanes
una rima de los labios de Bécquer
el péndulo del tiempo se hizo de flores.

Mañana seguro serás invierno
                                             Solitaria estará tu sombra quieta
                                                ¿Brillará el sol del otro lado?



. Recuerdos .
De tanto en tanto
los abro, los enhebro
los acaricio, los hilvano.

No abro viejas tormentas
solo recuerdo
tardes templadas.




*"Desafíos", "Estaciones" fueron publicados en el libro "Siete mujeres".
* "A mis manos", "La copa de la vida" y "Recuerdos" son inéditos.


viernes, 18 de enero de 2013

Marco Marino


Nací en la ciudad de Córdoba el 13 de diciembre de 1984, teniendo lo que se llama una juventud con total normalidad,  y al igual que Cortázar un día decidí autoexiliarme a una nueva ciudad, aunque en vez de París, me mudé a Cruz del Eje.

Suele la gente sonreír cuando digo que soy: “Arquitecto por comodidad y Poeta por vocación”. Y es que además del seudónimo de poeta cuento con mi título de arquitecto, construyo poemas y casas para saciar el instinto, calmar la necesidad de subsistir, y perdurar.
He publicado en diversas revistas y blogs de literatura, participado en algunos ciclos de Lectura y encuentros de Escritores. Dirijo sólo cuando tengo tiempo, el blog y la revista de artes y literatura “Cerveza Gratis!” (de nombre).  Soy miembro de los grupos literarios “Palpita el barro” y “Todos los nombres”, y a veces detengo mi vuelo en las conocidas “Noches de Bandada”.
En mayo de 2012 publiqué mi primer poemario con editorial Babel, el libro se llama “Hasta tus huesos”, y es en correspondencia al poema central del libro, el cual fue escrito literalmente en cementerios, enfocando el tema de la muerte desde el análisis de “lo construido”, lo que se genera y lo que queda en cada uno de los nichos o mausoleos, la idea de tumba a través del tiempo hasta el olvido definitivo. El abandono total, y la necesidad de conservar esa nada misma haciendo de la muerte un templo, donde se puede tocar, hablar y hasta a veces oír.
La experiencia del cementerio, la llevé a cabo junto a quien es hoy la madre de mi hija Pierina, y el juego consistía en que mientras yo escribía ella sacaba fotografías. Y de tanto hablar de la muerte sin querer apareció Pierina, y es aquí donde está la esperanza del ciclo, la nueva vida que surge después de la muerte. El Poema.



Marco Marino
(noviembre de 2012)





. Strip poker .
Esa dama vacía del glamour coloquial
absorbe el humo de mi cigarrillo prohibido
cerrando sólo un ojo, acaricia mi cuello
mostrando las cartas va quitando su ropa.

Las paredes se pintaron de sombras
arrojadas por la llama de luz de una vela
que bailaba caliente el tararear de un saxo.

A siete pisos del mundo
y a una carta de terminar la partida
destapo el vino     ya caliente entre tus piernas
mientras tú arrugas la nuca formando dos curvas
y dejas escapar el alma por el escote.






. Búsqueda .
Ya nada me apasiona como antes
he descubierto
los caprichos de la débil humanidad
los mecanismos tan sencillos del planeta

las respuestas
la forma en que todo termina
los días
buscando-encontré
y son siempre iguales.

Resumiendo con mis ojos
veo cosas empolvadas en una repisa
la libertad perdida dentro de mis libros
y todo aquello que guardo en cajones.

Sentado y en custodia
por el miedo a perderlo todo
voy rasgando incansable
las fibras de una hoja.

He notado que todavía
me emociono
cuando quiero escribir cosas nuevas.





. Cuando anochece temprano .
Son gusanos
se van superponiendo unos sobre otros
se dejan seducir por el piso
caen,
un segundo antes se congelan
por el frío de la muerte.

Necesidad de no pensar
de enchufarnos al fracaso idiota
de parecernos
a otros miles de idiotas.

La masa de cera que deja esta vela
no me deja pensar en otra cosa.
Cuánta vida toma la vida
cuando se detiene.

El silencio de la humanidad
cuando anochece temprano
el silencio de las almas meditando
en estos momentos de vacío indecible
el espacio oscuro que olvidó la humanidad
vuelve a beber de la cálida luz de una vela.





. Cotidiano .
Lo insignificante
de morir todos los días un poco
entre sábanas blancas como el vicio
y frías como las mentes que se consumen
a cada disparo de amargura.

Buscar vestigios de sangre en la nariz
tocar el fondo oscuro de la noche
secar las lágrimas con el pulso inquieto
las pupilas con vida y la mente moribunda.

Tené cuidado, de esta no se sale pendejo

aunque nada duele
vas perdiendo el sentido del gusto
el tacto
y los primeros cánticos de niño.

Y se vuelve
se vuelve a lo cotidiano
a la idea de odiar y al mismo tiempo
desear egoístamente y con toda el alma.

El vicio que va poniendo su arte
en cada punto de este puño
se vuelve fracaso al no poder decirlo

y la culpa de no saber
quién es el que escribe hoy
resbalándose
sobre miles de páginas mojadas
hasta el cansancio de la tinta.





. Cajita de latidos .
A veces abrazo mi almohada
con los ojos cerrados.
Y tu espalda va latiendo en mi pecho
mis colmillos palpitan por tu cuello
y sueños
que todo vuelve a ser cierto.

Recuerdo cuando se te daba por llorar,
yo recostado sobre tu caja de latidos
inocente veía cómo tu pecho
se dilataba de tanto respirar.
Nadie hablaba del rojo de tus ojos.

Con el ritual de una mirada al horizonte
exprimías el corazón por un poco más de líquido.
Como quien quiere dejar una huella
antes de encontrar el nuevo camino.




"Strip poker" y "Búsqueda" corresponden al libro "Hasta tus huesos".

"Cuando anoche temprano", "Cotidiano" y "Cajita de latidos" son inéditos.






martes, 15 de enero de 2013

Juana Echegaray


Juana Adelma Echegaray

Nació en la ciudad de Villa María, Córdoba el 16 de Noviembre de 1952. Maestra en Cerámica de la Escuela de Bellas Artes. Estudia Italiano e Inglés. Además estudia pintura en óleos. Alumna del Taller Literario de la profesora Mercedes Espinosa, Peretti. Con las compañeras de ese taller publicaron en 2011 el libro de narrativa "Collar de Perlas".
Tiene tres hijos y es abuela orgullosa de tres nietas.








Pasó el índice
                         sobre la torre de cristal
                         borrando recuerdos.


                         Ancló en sus márgenes
                                                la certeza de escapar
                                                de la prisión.

                         Y malherida de amor,
                                                tiembla descifrando
                                                sus silencios.



  - * - * - * - * - * - * 



Sueños enfermos
                     cabalgan en la noche
                               mordiendo la mudez
                                    y sus miedos rotos.

Las huellas se quiebran
                      y se esconden
                          abandonando caminos
                                en el silencio lujurioso
                                         bajo un sombrero negro.




  - * - * - * - * - * - * 




Dicen:
         que la heridas abiertas
         te inundan, te pierden, te naufragan.
         Descuelgan recuerdos
         que consumen y queman.

Rompen
         con un nudo de puñales
                el infinito pecho.

Dicen:
        que es el amor agonizante,
                de un parto perdido.

Las causantes
          del dolor y del castigo.
               "son las uvas amrgas"

            Dicen que dicen.



                
  - * - * - * - * - * - * 



. Dolor .
             Duele el corazón a pedazos
             y la razón vacila
             entre frases y recuerdos,
             como en un calendario.

             No basta sin embargo
             haber conocido el amor,
             áridos caminos
             detuvieron su andar.

             No pude ser musa
             de redondos abrazos,
             ni besos embrujados,
             para demorar de ti
             a la muerte.

             No pude.





 - * - * - * - * - * - *



Se desnuda
       tras el sol
       para esconderse del verbo.

Camina
       sonámbula en la cornisa
       danzando salvaje
       su soledad salvaje.

Llora, garganta viva.

       La muerte "me come y me bebe".







viernes, 11 de enero de 2013

José María Ortega


 
José María Ortega
(Trujillo-Perú, 1983)



Hijo de David Rengifo Gaspar, escritor inédito y educador, y Julia Ortega Blas. Es el cuarto de seis hermanos. Vivió su infancia en el campo, a los once años se mudó a vivir con su familia a la ciudad. En la actualidad radica en la ciudad de Buenos Aires-Argentina. En el año 2007, tras la muerte de su padre abandona la carrera de arqueología, y se dedica a ejercer diversos oficios. En octubre de 2009 viaja a Buenos Aires para estudiar letras en la Universidad del mismo nombre.
Ha recopilado estos poemas que forman parte de su libro “Sombra tras sombra cae el hombre” a pesar de que la dedicación a la escritura, en especial a la poesía, durante estos últimos años como universitario ha sido escasa.






. Dilemas .
Estamos llenos de cosas complejas.
Por ejemplo,
esa rara manía de sentir sueño y dormir,
de tener hambre y comer,
batallar con la perversa monotonía mundial
de hacer las cosas, sentirse cansado,
y sin embargo ¡tarán!
tener que ocuparse en algo.
Cosa rara esa de amar,
anhelar los órganos universales
del cuerpo.
Cosa absurda esa de amarte, de no creerte
y creerte al fin, pretender abarcar tu vida
aún sabiendo que no te perteneces,
que te quitaron inesperadamente,
que te robaron una noche desierta
dos guerras desconocidas.
Cosa absurda entregarme a tu recuerdo, resistirme,
no hacerlo, ser tuyo y no ser tuyo al fin,
y por último, padecer esta apetencia intolerable de ti:
engullir tu nombre en las tres comidas
universales del día.


. Despertar .
¿De qué te sirvió hambrear,
resistir el cuerpo bajo el sol,
en un trabajo sin final,
dejar de vestirte decente
por guardar pan para mayo?
si mayo te halló viejo, cansado,
si mayo te encontró y no has vivido nada,
si mayo te encontró y no ha sido mayo
si no un viaje sin retorno.


. El rostro de una esencia .


Hay castillos en la mente
que no pueden dibujarse,
construcciones perfectas de cosas
que se resisten a nuestra humana mano.
La perfección existe solo en nuestra mente,
tratar de extraerla es un oficio vano y necio,
como sustraer imágenes de los sueños.
La mente es un océano de frases sueltas,
bellísimas como peces dorados,
estas frases a veces se unen
formando un cardumen, el poema.
Entonces,
uno corre en busca
del papel o del ordenador
con la ilusión de pescar esa perfección,
pero ésta se desintegra y los peces huyen.
Al final nada queda,
salvo los rezagos de frases aisladas,
los restos de algunos peces que murieron golpeados.
Lo perfecto es cosa de nuestra mente,
extraer de ella las virtudes de una esencia
es una empresa pretenciosa.
Solo se puede atrapar la resaca del pensamiento,
eso que escribimos y publicamos luego.


. Pavorosa aventura .
A fin de cuentas un día termina
esta aventura pavorosa,
algo bueno entre tanta desgracia
que ayuda a resistir
estos segundos, estos días,
pues uno no tiene nada seguro
en la vida si no la certeza de la muerte.
A fin de cuentas uno es humano,
hay que morir algún día de algo,
de alguien,
este cuento no puede ser eterno,
lo termina una palabra, una acción,
el tiempo.