jueves, 25 de octubre de 2012

Cecilia Codina Masachs

Cecilia Codina Masachs nació en Hospitalet del Llobregat (Barcelona)-España. Actualmente vivo en Río Cuarto –Argentina.
Desde muy niña escribía en recortes de periódicos pensamientos, poesía, cuentos y novelas. A los siete años mi madre al ver mi afición a las letras me regaló un diario donde escribí casi toda mi infancia. Hoy publicado en mi libro «Historias de Sesy Bo".
Durante veinte años, fui enfermera, posteriormente como Diplomada de Enfermaría. Docente en la Universidad de Enfermería en Santander –España-
Después, monja de clausura durante veinte años en la Orden de Predicadores en España.
En los tres años últimos en mi Blog http://estoyatuladosorcecilia.blogspot.com, he desarrollado mi trayectoria literaria en poemas, vídeos en You Tube y narrativa, entre otros temas humanísticos y de apostolado por el correo sorceciliacodina@gmail.com.
Asidua colaboradora de Revistas de teología Espiritual en artículos dependientes de la Facultad de Teología de Valencia y de la facultad de San Estevan de Salamanca, ambas en España.
Actualmente estoy dedicada ha cultivar la poesía clásica, sin dejar mi estilo poético libre.
Participo en diversos eventos literarios nacionales e Internacionales, con un certificado de apreciación de la Oficina del Alcalde de la junta de comisarios del Condado de Miami –Dave, por participar en el III Encuentro Literario Internacional «Luz del Corazón».



. Octava real la vida .

Si yo quisiera hablarles de la vida,
diría que hay que estar enamorado
gozar cada momento lo que pida
sin esperar jamás ser el premiado.
Es un estado propio más de la ida,
que una vuelta, sin estar enojado
sin tener que penar entre la hondura
prendida a una sombra de amargura.
La ausencia de mi Dios incandescente,
aprieta al hombre tanto a ser verdugo
que no escucha los gritos de la gente,
como rico Epulón niega el mendrugo
pobres son, que buscan sencillamente
para llevarse hoy a su boca un jugo,
más se arrastra la astuta y vil serpiente
dejando al pobre sin una simiente.




. Mi montaña .

Eras una montaña, esbelta y bella,
la quise yo escalar y conquistar,
ser río fue mi destino, tú estrella
puse en ti todo mi amor sin chistar,
quise ser ese beso que se estrella
en la profunda cima y así instar,
a que bien oteases mi hermosura,
la riqueza en mi lecho de ternura.




. Décima del beso .

Nace una nueva luz bella,
posa en el acantilado
un fiel beso a cada lado,
su gran boca así lo sella
la roca sin más destella
una silueta esbelta.
Enrojecida y envuelta
en semejante destino
sólo un beso matutino
la enamoró de una vuelta .



. La batalla .

Encontré a la soberbia por mi gran paraíso
altiva como piedra que en vano me buscaba,
me tropecé con ella más yo no la miraba
ante sus desafíos, nunca le di permiso.

Refulgentes sus ojos, prendían sin aviso,
me tentó con sus garfios más yo la despreciaba
y tanto la temía, que muerta la soñaba
después de tanto tiempo, vi que soy indiviso.

Hoy vengo sin más miedo, por eso digo! vete!
tan cruel maldad que mata, sin más al hombre bueno
se libre de esta casta, de su fuerte grillete.

No tengamos ya miedo, matemos el veneno
pues la verdad hoy triunfa, su fin a Dios compete
con humildad se llega, si el amor va sin freno.