viernes, 13 de abril de 2012

María José Acuña Beláustegui

María José Acuña Beláustegui


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Nací en Luján, provincia de Buenos Aires, Argentina, en 1955, llegué a Venezuela en el año 1.973, vivo en la ciudad de Cumaná actualmente. Comencé a escribir poesía a los 15 años de edad, motivada por los poetas que leía en ese tiempo y que continúo leyendo, asistía a recitales de poesía de mi ciudad natal , aunque no participaba. No poseo estudios terciarios que avalen mi carrera literaria, escribo desde la inspiración, desde los sentimientos, utilizando vivencias cotidianas que me gusta transmitir a los demás mediante versos y prosa.
Mi actividad principal como poetisa la realizo en Internet a través de varias comunidades como: www.mispoemas.eshttp://palabrasobrepalabra.es/; ya través de mis sitios web:
www.desdeelamor1.blogspot.com y www.cuentosyprosa-mariajose.blogspot.com/
Principalmente escribo poesías sobre sentimientos, reflexiones; también prosa poética, artículos y algunos cuentos policiales. Sobre todo intento escribir sobre temas sociales, pues vivimos en un mundo donde se están perdiendo los valores morales.
En la Revista Bib Azahar, en Alahurín de la Torre (Málaga - España) del poeta José Martín Rivas, tengo tres poesías publicadas. Aunque mi sueño de publicar un libro siempre está.



Fugaz

Aún pienso en ti y  tiembla mi piel
Vives en lo más recóndito de mi ser;
Callado, para que nadie lo sepa,
Que al pensarte, todavía me  siento mujer...

Si fuiste tan fugaz, ¿por qué este anhelo?
¿por qué este empeño en retenerte?
Si fuiste tan efímero, no deberías existir,
Ni en  mi piel, ni en mis pensamientos...

No estás más, olvidé hasta tu nombre,
Y aún persisto , mirando tu lugar  vacío,
Añorado tu corazón fugaz, mediterráneo,
Que enciende las estrellas de mi noche...



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 . Querubies .


Fueron esos hijos que nunca nacieron,
ángeles sin alas, sin nombre, sin cuerpo,
cuya semilla fue sembrada y luego eliminada
en el oscuro vientre convertido en camposanto.

No tuvieron la suerte de llamarse niños,
Respiraron un tiempo, un mes o dos,
Quizá un día, fueron seres humanos,
Que la ciencia atea y unas madres abortaron.

No hay remordimientos, ni conciencias,
cuando se decide matar a un inocente,
está primero el egoísmo, la crueldad del hombre,
no tiene derecho a vivir, el pequeño mártir.

Como ratones de laboratorio son arrojados
a un basural (será alimento de perros y ratas)
¡¡¡que los perdone Dios!!! si es que tienen perdón;
por este crimen horrendo, execrable, despiadado.  

En nombre de la Ciencia hereje, asesina, atea.
se mata a un niño por ser deforme o no deseado,
madres desmadradas que llorarán  mañana
atormentadas por haber matado a su propia sangre.

Este es el mundo que heredamos a los que vengan,
“generación de asesinos seremos llamados”*.
Perdónanos  criatura  abortada e inocente.
Perdona tú si puedes, a esta raza de malvados. 
     
En nuestros corazones viven esos fetos,
para la ciencia ratones, para Dios humanos,
ni tumba tuvieron, ni  han sido bautizados,
son los querubines que no serán olvidados.    
  
* Palabras del Padre Jorge Loring en el programa Para Salvarte EWTN, en su conferencia sobre el Aborto     


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 . Los recuerdos .

Como hojas secas y amarillas
se van agrietando los recuerdos
en un rincón oscuro del alma;
se van perdiendo, diluyendo
en la memoria gris y nostálgica
días felices que murieron
de la niñez, de la juventud,
de esos amores que como ave de paso
se fueron sin dejar huella.

Como hojas frágiles y añejas
con el color blanco del olvido,
queda el ayer detenido en el tiempo
a la deriva quedan los recuerdos
sin horizonte, sin brújula, sin retorno
naufragando en las aguas profundas
del mar de la soledad, de la nada.


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 . Derrota .

Es noche cerrada, sin estrellas ni lunas
cielo negro pintado en la acuarela de las horas.
El calor del trópico implacable
va goteando por el techo
la humedad…todo es silencio;
un dolor que era pequeño
va creciendo otra vez,
como un árbol seco que retoña.

Sin pensarlo tu nombre volvió a mí
sin pensarlo me acordé de lo nuestro,
y como una estúpida lloré…
a secas… pero lloré…
por ti, por mí, por esta amargura
que se va haciendo hiel
dentro del alma y más adentro tal vez;
y en esta sequedad de vida, desamor y piel
todo el dolor de ti se me hizo carne.

Como ayer, como en todas las horas
cierro mis noches sin lunas
evocándote lejos de mí,
más allá del mar, más allá del tiempo,
preguntándome por qué me dejaste tan sola.
Por qué? Será porque nunca super ver tu corazón.
Otra vez es la noche, ¡cuánto tarda el día!
Ya no hay más preguntas, solo una certeza:
Tú fuiste y sigues siendo mi peor derrota.