martes, 26 de octubre de 2010

Iván Ferreyra







Vitae de Iván Ferreyra:
Escritor. Sodero. Mecánico. Carnicero. Portero. Escritor de horóscopos. Periodista. Gerente de whiskería. Vendedor de parcelas de cementerio parque. Vendedor de destornilladores de precisión a ciegos y gitanos.
Manager de hinchas de fútbol. Editor. Divulgador de Discurso. Llenador de mariposas en la panza.
Activista de internet. Performer, blogger.








. Carla .
Si tan sólo pudiera arrancar ese deseo de autodestrucción que se apodera de mi tristeza, los ojos de ella me inundan de un azul que no comprendo, yo quiero amarla, sostenerla, rodearla de brazos que acarician, sin despertarla, pero, ¿cómo le aviso cuándo llego? Quizás no deba abandonarla nunca, ¿Y si yo nací para romper?, con lo que cuesta sumar adeptos, quisiera mirarla y no sentir la culpa de desilusionar, de que todo se transforma en una vía sin trenes, llena de peldaños de papel madera, el rociarse con días de nubes blancas. Si supieras a dónde ir, si quisiera moverme dentro del frasco, estoy congelado, la tecla Play desapareció, se volvió inerte, este presente es sólo un manojo de secuencias de un director enojado, ¿Y si ya no me quedan amigos? Vestirse de lluvia para pasar desapercibido, para evitar convertirse en nada.


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Los que duermen en la calle se acuestan temprano, los gallos cantan todo el tiempo, cansan, hartan, ese sonido nos llena de una sensación horrible, ofrece una presión de querer levantarse, sin saber a qué, sólo eyectarse hacia el cielo, morir en ese intento de existir, una comunidad sometida por el sonido de un pájaro de colores horribles, sin manos, ¿Quién signa estas normas
idiotas? ¿Quién impuso esos horarios? Atornillados, sometidos, girando en falso, escuchando un falso jazz, cursi, desangelados, concebidos sólo para extrañar lo que nos lastima, pervertidos, rodeados de parques y paseos, ya no alcanza con rasguñar el dinero de los otros, pensé que con el violín alcanzaría, vivimos en Irán sin túnicas existen los que se apellidan Sosa, convivimos con paros constantes de ómnibus, es casi imposible huir, todo es inter, todo es un porcentaje, ¿Qué hago con todo el amor que siento? Yo no necesito subsidios para mis emociones, el calor me renueva una tristeza que no duerme siesta, ya las horas no suman minutos, sólo ayudan a envejecer despacio, como en las novelas rosa, las que escribo.

Ya nadie se despide, eso también es producto del calor, nos rocía de una fragancia que nos silencia, que nos vuelve solitarios, a veces los finales son lo más simple que uno puede conseguir. El final es el mejor capítulo de lo rosa dicen las señoras de ruleros, quieren más, masticar vidas de otros, yo sólo quiero abrazar y hace calor, el agua helada reemplaza mi sangre, nunca fui un buen dador de sangre, mis tatuajes no ayudan, las agujas no ayudan, ¿Qué es lo que afecta? Ahora sólo limpio mi disco, lo temporal es lo que percude, es lo que regocija a los sin rumbo, y esos ojos que me contemplan, que me ven dejar las armas, que me ven encerrarme, no quiero ser Edipo, ni Kitano, no quiero ser, no puedo encajar, no puedo escribir cosas hermosas, sólo vivirlas, rompí todos los espejos, me veo en vidrios de ventanas, con cortinas detrás, que sea sólo una figura difusa, creo en las sombras en las paredes, en las luces que se mueven libremente sobre los cuerpos, en los que lloran en las despedidas. Hace días que sólo quiero llorar, mucho y hace tanto calor que transpiro lágrimas.

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. No ordinary morning .
Te levantas con ganas de matar todo lo que amas.
La música fatal te suena y te convierte en Grecia Colmenares
la adrenalina de vivir sin crédito en el fono.
Es fascinante

nada más patético que engañarse solo.
Yo no sé mucho de parejas,
pero pienso que no se puede amar sin lastimarse.
La violencia jamás resolvió nada
es como mirarse en un espejo
¿y que es un espejo?
es una palabra culta para vidrio reversible
ya me cansé de que hable de una realidad adversa
debe ser duro hacer televisión
y que nadie te crea si lloras
yo viví en los hoteles del alfabeto
crucigramas con detalles emocionales sin solución
el amor rasca dónde no pica.
Y somos tan aburridos cuando estamos sobrios.
Son bombas explotando al alrededor
Y cuando vuelve es tan hermoso como esos sonidos devuelven una vida que no se parece en nada a la que pregonamos.
El ruido de la heladera, el ventilador, el televisor, nos enamoramos de la energía eléctrica y no lo aceptamos.
de dónde viene esa música tan relajante, nada podrá enfurecerme ahora, gracias a mis sedantes equinos voy a eliminar la ira.
Fue un golpe que recibió a la altura del estómago, pero por suerte no es nada.
Les fascina saludar para los cumpleaños
y eso es miseria.

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. Ángel gordo .
Un ángel terrenal que no puede volar pero que me hace volar de mil maneras.
Me libera el alma.
Y lo mejor de todo es que me quiere de verdad.

viernes, 15 de octubre de 2010

Gustavo Borga


Gustavo Borga nació el 7 de diciembre de 1960, en Villa Nueva, Provincia de Córdoba. Tiene tres libros publicados: "Patitos degollados" (2002), "Hermoso niño rubio" (2006) y "Para vos NO" (2010).


En el 2003, en conjunto con otros autores, ganó el Premio Provincial para Autores Inéditos, Glausce Baldovín. Sus poemas fueron publicados en "La Guacha", "Sudestada", "Alguien Llama", "El Corredor Mediterraneo", y "El Diario del Centro del País".

Es ferroviario. Vive en su ciudad natal.






POEMAS

Desde la noche
que interrumpieron
su sueño
la niña
comenzó a tejer

Tejió
veinte años

Terminé
dijo un día
y arrojó la red

sobre sus padres.


de "Patitos degollados", autor, 2002.


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Desde acá puedo ver
los techos de cinc oxidados
Habitan
bajo esas chapas
ratones y cucarachas
Menos mal que no se ven
con lo feo que quedan
Desde arriba
Villa María se asemeja
a una Villa Miseria
Pero no
Abajo
hombres y mujeres
de clase media
impecablemente vestidos
hacen lo que mejor saben hacer
Fingen.


de "Patitos degollados", autor, 2002.


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¿Solo yo vi
la mariposa azul
que entró al velorio?

No
Vos también la viste

No lo digas nunca

La mariposa azul
se posó en los labios
de la niña muerta

Yo tampoco
lo diré nunca

Se fue
la mariposa azul

Nadie la vio.

de "Hermoso niño rubio", Xión ediciones, 2006.


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sobre el techo
de mi casa
creció un árbol

se posan los pájaros
una mujer sueña
bajo sus ramas

a veces
los niños
me preguntan

¿y las raíces?

me tocó el pecho
y respondo

soy yo

de "Para vos NO", llantodemudo, 2010.


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el día
que en la plaza

la besé

desde arriba
los extraterrestres

nos miraban.

Inédito, (2010).

martes, 5 de octubre de 2010

Fabián Clementi

Fabián Clementi nació en septiembre de 1973, en San Francisco, provincia de Córdoba.

Actualmente reside en la ciudad de Villa María (Córdoba). Tiene publicados tres libros de poesía: "Refractario" (llantodemudo, 2008), "Spectrorum" (llantodemudo, 2009) y "El salto del dorado" (llantodemudo, 2010).

Sus poemas y artículos han sido publicados en El Corredor Mediterráneo, en la revista Fin, en La Guacha, en El Diario del Centro del País (Villa María) y en la revista Nativa. Es redactor del periódico Puntal de Villa María. Tuvo un breve paso por el deporte profesional. Es profesor de tenis.




POEMAS

Ya no sé si estoy buceando
o es que siempre viví aquí abajo.
Lo cierto es que acá me siento cómodo
y veo las cosas tal cual son.
Limpios los objetos que me ilusionaron
y por momentos
me hicieron feliz. Limpios los fustazos
que salían de las bocas
de quienes me vieron crecer.
Es gracias a esta agua santa, río extraño
que me cobijó y cobija desde siempre
en este hueco del mundo. ¿Hueco dije?
Pozo infinito que escupe los sueños
atrapados por culpa de no sé quién.
Pozo infinito que escupes los sueños
danos la paz: engendra de una vez por todas
la imagen a tantas preguntas
que impiden mi braceo
hacia la luz.

de “El salto del dorado”, llantodemudo, 2010.



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. el salto del dorado .

entre unos camalotes
arrastrando
víboras
cangrejos
un dolor que se parte
y se hunde
hasta el fondo
coletazo
removiendo toda la mugre
y la carnada
mi mirada
clavada en las nubes
gigantes
asomarse en el aire
animarse a pegar el gran salto
contra la luz del sol
que hace brillar
mis escamas
naranjas
me izo en el río
expongo una felicidad
posible.

de “El salto del dorado”, llantodemudo, 2010.


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Soy el dorado,
pececito que viaja
por tu conciencia.

de “El salto del dorado”, llantodemudo, 2010.


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a Gustavo Borga

detrás
del galponcito
donde guardé tantas cosas
de mi infancia
sale el sol
y de noche
una gata negra
prende sus ojos
¿esa gata es cierta?
¿esa gata es una ilusión?
¿o simplemente nada ocurrió
y ese techo
es un techo vacío?
esa gata me espera.

Inédito (2010)